Archivo del sitio
Soñando con la eternidad
En la prisión de baja seguridad, en Ashland, estado de Kentucky seguramente será un día normal. Las mismas rejas, las mismas rutinas, los guardias de turno, los presos… Allí, aunque no debiera ser, este 9 de junio despertará un hombre a sus 50 años de vida. No habrá asaltos de sus hijas a la cama, ni cake, ni fiesta, peor aún, no tendrá sus abrazos urgentes, pero aun así ese hombre, Ramón Labañino Salazar, amanecerá con su sonrisa noble y tozuda pegada en el rostro.
No importa que sus carceleros no entiendan de dónde saca esa expresión mañanera, ni cómo tiene ganas de festejar, si lleva prácticamente 15 años encarcelado, lejos de todo y de todos. La felicidad está en su interior. Sabe que ha hecho lo correcto y, a pesar de la injusticia, muchas familias cubanas pueden celebrar cumpleaños gracias a él y sus cuatro hermanos, quienes evitaron toda clase de atrocidades terroristas planeadas desde Miami en la década del 90.
Para el patriota será una jornada «agridulce», como él mismo reconoce, pero tratará de pasarlo lo mejor posible, a fin de cuentas, aunque nadie lo vea rodeado, ese gigante no estará solo. Nunca lo está.