Mijaín López: «Lucharé por mantener el legado de Fidel
Este hombre, gloria olímpica en la lucha greco, quien logró tres preseas doradas de manera consecutiva, expresa que sintió la presencia del Comandante en Jefe en cadauna de sus actuaciones más memorables
Bajo la égida de Fidel el desarrollo del deporte cubano alcanzó niveles insospechados, al punto de convertir una pequeña ínsula del Caribe en potencia mundial. La profunda huella dejada por el Comandante en Jefe en el movimiento deportivo quedará grabada en las inolvidables hazañas, protagonizadas por todos los hombres y mujeres que han puesto bien en alto el nombre de Cuba en cada uno de los rincones del planeta.
El gladiador pinareño Mijaín López, único en la historia —junto al mítico ruso Alexander Karelin— en conquistar por tres ocasiones consecutivas la gloria olímpica en la lucha greco, constituye un vivo ejemplo de esta fuente inagotable de talentos cimentada por el líder histórico de la Revolución.
«Fidel es un ícono para todos los integrantes del movimiento deportivo cubano. Somos el fruto de su heroísmo, de todas sus proezas, y creo que la gente de nuestro país se lo ha demostrado en cada momento. Yo me siento muy orgulloso de haber sido parte de su legado», manifestó Mijaín.
El luchador cubano no tuvo la oportunidad de conocer personalmente a Fidel, sin embargo, sintió su presencia en cada una de sus actuaciones más memorables.
El 24 de agosto del 2008, durante los Juegos Olímpicos de Beijing, Fidel plasmó su admiración por el gladiador antillano en su reflexión titulada ¡Para el honor, Medalla de Oro!:«Mijaín ganó con orgullo, en difícil prueba con un rival ruso, la primera medalla de oro para Cuba», expresaba en aquella oportunidad.
Igualmente, el líder histórico de la Revolución fue uno de los espectadores de Mijaín en los instantes en que el gigante pinareño hacía volar por los aires al turco Riza Kayaalp durante la final olímpica de Río de Janeiro. Un pleito presenciado por el Comandante en Jefe en compañía de su amigo y presidente de Bolivia, Evo Morales.
«Fue una cosa muy grande saber que Fidel estaba ahí pendiente de mi medalla. Poder brindarle un alegrón en mis últimos Juegos Olímpicos es uno de los momentos más felices que he tenido como atleta», afirma el laureado deportista.
Además de ser una de sus grandes pasiones, Fidel —estratega y visionario— supo convertir al deporte cubano en un escudo de la nación; una herramienta esencial para el alcance de la unidad tan necesaria entre todos los habitantes de la Mayor de las Antillas. Nuestro movimiento deportivo nos ha reunido alrededor de una misma causa y una sola bandera, incluso, en las más difíciles condiciones.
«Yo me sentí muy orgulloso de reafirmarle lo grande que somos, de unir a través de una medalla a todo el pueblo de Cuba. Me han dicho que no hubo una sola persona de este país que no haya visto mi pelea y creo que esa es la unión que buscaba Fidel, ese es su legado y mi tributo», reafirma Mijaín.
Toda la robustez que rodea al gigante pinareño no impidió que el dolor penetrara hasta lo más profundo la noche del pasado 25 de noviembre.
—¿Cómo reaccionaste ante la trágica noticia?
Mijaín toma un suspiro…
—Estaba sentado en mi casa cuando esa noche Raúl dio la información al pueblo. En ese momento lo dejé todo y me dio como un escalofrío; fue algo muy fuerte, casi me brotan las lágrimas. No esperábamos que se fuera así. Pero estoy tranquilo y sé que hay que seguir pa´lante, luchar y mantener la continuidad de la Revolución.
Publicado el diciembre 7, 2016 en Actualidad, Cuba, Deporte, Fidel. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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