Ahondando sobre el trabajo sucio de #USAID en #Bolivia. (#Cuba,#Miami,#Madrid)
José María Aduviri
El gobierno de Evo Morales, en un gesto por mantener su soberanía, ha expulsado justamente a la principal agencia subversiva norteamericana de tierras bolivianas. Me refiero a la USAID. Esta agencia tiene un largo historial de acciones subversivas contra gobiernos progresistas en América Latina, amparado en supuestos programas de desarrollo económico.
La USAID, agencia federal estadounidense, distribuye anualmente decenas de millones de dólares para trabajar de manera secreta contra gobiernos progresistas en América Latina, provocando denuncias constantes a este sucio accionar. Los ejemplos cercanos de Ecuador confirman estas acusaciones.
El presidente Morales denunció acertadamente que USAID estaba detrás de las protestas indígenas que han sacudido el país en varias oportunidades.
Ahora sectores de la derecha boliviana y líderes bolivianos favorecidos por las prebendas otorgadas por USAID y la Embajada norteamericana en La Paz dicen que esta es una acción injusta, sin ningún fundamento. No hay en Bolivia nada más claro que el interés de Estados Unidos, a través de la USAID y sus contratistas en el país, de provocar la caída del gobierno boliviano, para retrotraer al país a la situación existente antes de enero de 2006.
Lo lamentable es que en estas acciones antigubernamentales se encuentran sectores indígenas, tradicionalmente marginados por los gobiernos que antecedieron al MAS-IPSP, y que ahora, con un gobierno que tiene en cuenta sus principales intereses y preocupaciones, le hacen el juego al imperialismo neoliberal.
A inicios de este año, funcionarios de la embajada de Estados Unidos en La Paz comenzó a desarrollar reuniones con líderes indígenas bolivianos.
Este año se ha incrementado el trabajo de la USAID en comunidades apartadas del norte de La Paz y la Amazonia, donde han manipulado en función de sus intereses contrarios al gobierno boliviano a organizaciones indígenas y sectores populares. Para lograr esto se han apoyado en la región en ONGS extranjeras que reciben financiamiento de la USAID. Entre estas sobresalen Wildlife Conservation Society, Conservation International, Asociación Trópico e Interamerican Foundation.
Estas organizaciones, en especial la Wildlife Conservation Society (WCS), están trabajando para crear un movimiento indígena en la zona amazónica de Alto Beni, conocida como área protegida Pilón-Lajas y similar al TIPNIS.
Este movimiento tendría un supuesto carácter de defensor de áreas protegidas y se opondría a la construcción de una carretera por parte del Gobierno que comunicará la zona de Yucumo con la de Rurrenabaque. Esta carretera no afecta en nada el parque Pilón-Lajas. A pesar de ello, apoyándose en las ONGS antes mencionadas, el gobierno norteamericano apuesta por un TIPNIS II, para lo cual está promoviendo el desarrollo de diversos proyectos ecológicos en esa región mediante los cuales pueden influir en la población local y dividir a los movimientos y comunidades indígenas para crear otro movimiento opositor dentro de los indígenas.
La WCS trabaja en Bolivia en dos líneas fundamentales, la primera a través de convenios con entidades gubernamentales, lo que le da una fachada de legalidad a estos convenios. La segunda es el apoyo que le brinda a organizaciones indígenas como la CIDOB, el Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA) y la Central Indígena del Pueblo Leco de Apolo (CIPLA).
La conjugación de ambas líneas le permite a la WCS desarrollar un trabajo conspirador y promover organizaciones opositoras contra el gobierno boliviano con vistas a las elecciones generales del 2014, donde esperan que sectores indígenas le resten apoyo al proceso de cambio boliviano.
Por ejemplo, en abril del 2010 la Federación Sindical de Productores Agropecuarios de la provincia Abel Iturralde (FESPAI), del norte de La Paz, denunció, en carta al presidente Evo Morales, el desarrollo de un complot en el congreso extraordinario de dicha federación por parte de la ONG WCS-Bolivia, para sabotear el desarrollo de importantes obras sociales. Esas contradicciones provocaron un aumento en el territorio del apoyo al opositor Movimiento sin Miedo.
En varias oportunidades también se denunció públicamente que las organizaciones indígenas Consejo indígena de Comunidades Tacanas de Ixiamas (CICOTI) y Consejo Indígena de Pueblos Tacanas de Abel Iturralde (CIPTA), así como la CIDOB, habían participado en las elecciones municipales en Ixiamas bajo las siglas del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
Estos estaban recibiendo financiamiento de la USAID a través de diversas ONGS, donde se encontraba la WCS.
Se haría extremadamente extenso este artículo si quisiéramos reflejar en él diversas actividades subversivas que desarrolla la USAID contra el proceso de cambio en Bolivia. Agrupaciones indígenas manipuladas por líderes inescrupulosos, más interesados en recibir dinero de Estados Unidos y en que sus hijos viajen a estudiar al norte como parte de becas estadounidenses, están en el punto de mira de la USAID. El blanco está bien claro: el gobierno de Evo Morales. ¿Podemos entonces cuestionar la decisión soberana de nuestro Presidente de expulsar de tierras bolivianas a la USAID?
Publicado el mayo 28, 2013 en CIA, EE.UU., Política y etiquetado en América Latina, América Latina y el Caribe, Bolivia, ee uu, Evo Morales, USAID. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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