Ría y reflexione: Frases sabias.
La gente inteligente dice increíbles frases sabias, luego prende una frase y casi nadie se acuerda quien la dijo.
Hay dos niveles, los que expresaron las mágicas palabras iniciales y los que las parafrasearon después.
Cuando a Sócrates le preguntaron: «¿Quién es el hombre más sabio de Grecia?», respondió: «Solo sé que no sé nada». Y eso fue suficiente para que un vecino me espetara, «compadre nosotros estamos llenos de sócrates… y lo peor es cuando les dan un carguito».
Realmente la frase completa sería: «Solo sé que no sé nada y, al saber que no sé nada, algo sé; porque sé que no sé nada». Bueno, lo dejamos en la parte abreviada, porque si compartiéramos esto con el amigo, seguro quedaría tetrapléjico de lengua.
«Ser o no ser, esa es la cuestión». Esta es otra que se las trae, al expresar Hamlet (personaje de William Shakespeare) su duda, lo que más que una cuestión ontológica (el «ser» en sí) es una disyunción práctica… si se quiere, axiológica, respecto a los valores.
Seguro que con el párrafo anterior los dejé «botaos», pero señores no se rompan la cabeza, si la harina es de boniato o yuca, el queso es inventado y la salsa es solo de ají, será cualquier cosa pero no es pizza; es lo mismo que los bisteces de toronja y el tasajo de teta de plátano… ahí también cabe el ser o no ser. Hay casos especiales de los que realmente son (o no son). Conocí a un joven fino, de voz delicada, que llamaba por teléfono a un centro de trabajo a una amiga, para solo oír aquella voz de barítono que lo atendía, cuando le decía: ¿Quieres que te la ponga?
El benemérito Benito Juárez García nos legó la frase «Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz». Y es verdad, hay que verlo cuando a alguien le vuelan el turno en la cola de la ruta seis, en la venta de jabón, en los refrescos o en cualquier establecimiento, después de una hora de espera ¡la que se forma…!
Y otro que no se quedó atrás fue Arquímedes, cuyas palabras fueron tergiversadas, porque de su planteamiento inicial «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo», a lo que nos queda hay mucha diferencia. Esa fue la causa de que casi siempre, el que más o el que menos, se busque su palanca, cuando tiene que resolver un problema.
La mayoría de la gente ignora que las palancas se dividen en tres géneros, también llamados órdenes o clases, dependiendo de la posición relativa de los puntos de aplicación de la potencia y de la resistencia con respecto al fulcro (punto de apoyo). El principio de la palanca es válido indistintamente del tipo que se trate, pero el efecto y la forma de uso de cada uno cambian considerablemente, y ¡como conozco gente que saben de eso!
Alea iacta est es una locución latina que significa la suerte está echada –escrita tal como la ven, pero no vamos a detenernos en gramática antigua – y lo dijo Julio César al cruzar el río Rubicón con sus legiones.
Ese acto de cruzar un ejército el Rubicón, era una acción trascendente, porque el río tenía especial importancia en el derecho romano y a ningún general le estaba permitido atravezarlo con su ejército en armas. Marcaba el límite del poder del gobernador de las Galias y este no podía —sino ilegalmente— adentrarse en Italia con sus tropas.
La noche del 11 al 12 de enero del año 49 a.C., Julio César se detuvo un instante ante el torrente, atormentado por las dudas: cruzarlo significaba cometer una ilegalidad, convertirse en criminal, enemigo de la República e iniciar la guerra civil.
Y usted se preguntará, para qué esa clase de historia. Sin embargo ignora cuántos riachuelos se cruzan cada noche en la búsqueda de un vacuno, condenado a muerte por manos inescrupulosas, o cuánto cerdo, corcel, gallina u ovino caprino ha perdido la vida por infaustas legiones que cruzan el primer charco que se encuentran.
Yo lo digo, los que inventan esas frases son verdaderos sabios, fíjense que las dicen siglos atrás y aún, en nuestros días, parecen acabadas de estrenar. Hay muchas, pero no me dan el espacio suficiente.
No obstante, me resigno a terminar y los dejo con dos celebridades de Winston Churchill, un político inglés, cuando sentenció: «El fallo de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importante». Y tiene otra mucho mejor: «Un optimista ve una oportunidad en todo problema; un pesimista ve un problema en toda oportunidad».
Publicado el noviembre 5, 2012 en Curiosidades, Humor y etiquetado en benito juárez, frases célebres, frases sabias, reflexión, william shakespeare. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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